lunes, 19 de noviembre de 2012

Risotto con champiñones y foie

Como el fin de semana se presentaba un poco lluvioso, me puse manos a la obra y  preparé este estupendo risotto de champiñones y foie. Yo lo hice con lo primero que encontré en la nevera, pero ahora que estamos en temporada de setas, si le ponéis boletus o cualquier otra seta un poco más especial, seguro que el resultado será espectacular.


Ingredientes (2 personas): 180 gramos de arroz arborio, 150 gramos de champiñones, 50 gramos de foie micuit, 1 cebolla, 2 dientes de ajo, 50 gramos de queso parmesano, 1 vasito de vino blanco seco, 1/2 litro de caldo de pollo, aceite de oliva virgen extra, azafrán, sal, pimienta negra y perejil.

Elaboración:
1. Lo primero que hago es pochar la cebolla y los dos dientes de ajo picaditos. Cuando están dorados, añado los champiñones cortados en gajitos y los rehogo.
2. A continuación, incorporo el arroz y cuando adquiere ese característico color dorado, vierto el vasito de vino blanco y un cucharón de caldo. Lo cocino suavemente durante cinco minutos sin dejar de remover. Es muy importante que no se quede seco en ningún momento.
3. Pasados esos cinco minutos, voy agregando caldo poco a poco durante diez minutos. Os cuento mis trucos en estos minutos cruciales: el caldo tiene que estar templado para no romper la cocción del arroz, hay que ir añadiendo caldo a medida que se va consumiendo y, por último, no se puede dejar de remover en ningún momento. De este modo, se libera el almidón del arroz y se consigue la textura cremosa propia de los risottos.
4. Pasados los diez minutos, añado el queso parmesano, los trocitos de foie, unas hebras de azafrán y una pizca de pimienta y sigo removiendo durante cinco minutos más. Finalmente, lo aparto del fuego y lo dejo reposar tres o cuatro minutos.

Presentación: emplatar y decorar con unas láminas de foie y un poquito de perejil.

Maridaje: nosotros lo acompañamos de un vino de Madrid que nunca habíamos probado y que nos gustó mucho: Las Moradas de San Martín, Initio 2006 (100% Garnacha). 

¡Voilá, listo para comer! Rico, rico.


domingo, 11 de noviembre de 2012

Migration Camp y el Serengeti

Es cierto que el lugar que os voy a proponer no es para hacerse una escapadita de fin de semana, pero desde luego es un sitio hasta el que merece la pena dejar volar la imaginación y visitar aunque sea en fotos. Pero si tenéis la oportunidad de visitar el Serengeti, no dejéis de elegir este hotel espectacular. 

Este otoño tuvimos la suerte increíble de visitar Tanzania. Os contaré nuestro recorrido por los distintos Parques Nacionales y el final en la playa, pero quiero empezar casi por el final del viaje porque, además de ser el parque que más nos impresionó, este hotel fue con creces el más especial de todos. 

Los masai conocían esta zona del norte de Tanzania como la "llanura sin fin" y de ahí viene el nombre de Serengeti. Y es cierto que en el Serengeti hay llanuras infinitas que parecen no terminar nunca, pero también paisajes repletos de vegetación que invita a los animales a recorrer kilómetros y kilómetros en busca de estas zonas más verdes según la estación del año. Nosotros visitamos la zona en la época seca y afortunadamente todavía encontramos a muchos búfalos, ñus, cebras, jirafas, elefantes... migrando hacia el norte del Parque ya en Kenia. Un espectáculo.






Otro de los regalos del Serengeti, fue esta escena de dos leonas con seis cachorros a los que estuvimos contemplando durante media hora. No podíamos separarnos de su lado. Fue increíble...


Y por supuesto, no puede uno irse del Serengeti sin acercarse al río Mara para intentar ver a los animales cruzando. Nosotros no tuvimos la suerte de que se animaran a dar el paso a pesar de que estuvimos esperando algo más de una hora, mientras comíamos. Pero mereció la pena ver el espectáculo dantesco de docenas de animales muertos mientras intentaban cruzar, acompañado de un olor indescriptible, todo ello aprovechado por buitres, hienas, cocodrilos y demás carroñeros. El ciclo de la vida...


Y al final del día, después de tantas emociones, llegaba la recompensa. El Migration Camp es un hotel con tiendas sobre una base de madera que se encuentra situado a los pies del río Grumeti, lo que añade un plus a este magnífico hotel, pues garantiza animales muy cerca y puesto que los hoteles no están vallados, pueden acercarse a las cabañas con toda naturalidad. Es genial llegar después de un día de traqueteos interminables y sentarse en su formidable terraza a tomar un vino o una cerveza mientras escuchas a los hipopótamos chapoteando en el río. 


                              


Esta era nuestra cabaña, era preciosa, pero si algo era realmente espectacular era bajar a desayunar y encontrarte a una jirafa haciendo lo propio entre los árboles. 



Nuestra terraza desde la que escuchábamos a los leones y desde la que vimos a un hipopótamo pastando una noche a un palmo de la cabaña. 





Las zonas comunes eran igual de espectaculares que el resto del hotel. La recepción del hotel junto a la piscina y el restaurante estaban abiertas para poder disfrutar de las vistas tomando algo o cenando. 



Fue genial poder disfrutar un par de noches de este hotel genial y de este parque impresionante. Es de esos sitios donde uno cruza los dedos para poder volver algún día. Esperemos que se cumpla.