lunes, 28 de noviembre de 2011

Pago de Vallegarcía

En plenos Montes de Toledo, muy cerca del Parque de Cabañeros, del que ya os hablamos en nuestra entrada El Refugio de Cristal, se encuentra nuestro último descubrimiento en vinos: El pago de Vallegarcía. 

Ya sabéis que nos gusta probar distintas denominaciones de origen e intentar decubrir cosas nuevas dentro de la gran variedad de vinos que nuestro país nos ofrece, afortunadamente. Pues bien, en esta búsqueda incesante, dimos con esta bodega que cultiva las variedades de uva francesas por antonomasia en tierras manchegas con gran acierto. 

El primer vino en caer en nuestras manos fue Hipperia 2005 y caímos rendidos. Es un vino con cuerpo, color cereza oscuro, precioso y muy equilibrado. La mezcla perfecta de merlot, cabernet sauvignon, petit verdot y cabernet franc hacen que merezca la pena pagar los 23,50€ que vale este vino. Apuntadlo para una ocasión especial, no os defraudará.






Nuestra segunda incursión en esta bodega fue con el Syrah 2006 (20,40€). Riquísimo. Tiene el típico regusto vegetal de esta uva, pero es afrutado, recuerda a picotas y frutas maduras, que se ven reflajadas también en el color: oscuro, con lágrima y elegante. 

Y la última maravilla en caer en nuestras manos, fue Petit Hipperia 2008 (13,70€). El hermano pequeño de la bodega es una alternativa perfecta si quieres conococer estos vinos por un precio módico. Mezcla las variedades merlot, cabernet sauvignon, petit verdot, cabernet franc y syrah; tiene un sabor suave a tostados, es dulce, pero equilibrado y muy sabroso. 

Prometemos probar en breve el Viognier y contaros qué tal se le da el blanco a esta bodega manchega. El tinto ya sabemos que se les da genial. Probadlo, no os defraudará.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Baby beef Rubaiyat

A mi chico le habían hablado muy bien de este restaurante y, como forofos de la buena carne, decidimos acercarnos un día para ver si todo aquello que nos habían contado era cierto. En realidad son dos restaurantes en uno. En la planta baja Porto Rubaiyat, especializado en pescado) y a pie de calle Baby beef Rubaiyat, dedicado exclusivamente a la carne. Una carne criada por argentinos en tierras brasileñas. Con esta mezcla explosiva podréis imaginar la calidad del producto que ofrecen: excepcional.
 

Fuimos en un caluroso día de verano madrileño y nos sentamos en su agradable terraza llena de frondosos árboles que nos protegían completamente del sol y que nos permitieron comer sin pasar ni una pizca de calor.


Nada más sentarnos una chica nos trajo unos aperitivos y una bandeja enorme con una gran variedad de panes elaborados en su propio horno (había tantos que era difícil elegir). De primero, tomamos ensalada de bogavante con tartar de atún, manzana y vinagreta de mango. Y de segundo, un par de ricos solomillos en su punto. Las raciones son abundantes y con tanto pan, no pudimos probar los postres. Terminamos la comida con un café acompañado de unas trufas y unas tejas. La carta de vinos es muy amplia y ofrece desde vinos de renombre (caros) hasta vinos más desconocidos pero de gran calidad y a precios más ajustados.


Nos atendieron fenomenal, continuamente pendientes de nosotros pero sin agobiar, aunque en el café se relajaron un poco porque no había manera de que nos trajeran la cuenta... Sin duda, un lugar más que recomendable, yo volveré esta primavera para poder disfrutar nuevamente de su comida y de su terraza.

Precio medio: 60 euros por persona con vino

Rubaiyat
Juan Ramón Jiménez, 37
28036-Madrid
91 359 10 00 y 91 359 56 96


domingo, 20 de noviembre de 2011

Auprès du Clocher, una excusa para volver a la Borgoña

Esperábamos que la Borgoña iba a deleitarnos con buen vino y una excelente gastronomía, y eso fue exactamente lo que encontramos en Auprès du Clocher


Los propietarios del hotel en el que nos alojábamos, Le Clos du Colombier, nos recomendaron el restaurante con mucha pasión, así que les pedimos que nos reservaran y allá que nos fuimos a probarlo. Lo cierto es que desde fuera el aspecto es extraño, porque no tiene grandes cristaleras o el aspecto de un restaurante tradicional. Y es que el único "pero" que tiene el restaurante es que es de difícil acceso para gente con problemas de movilidad o con sillas de niños porque hay que subir unas cuantas escaleras hasta acceder al restaurante que está en la primera planta. 

Es imprescindible reservar con unos días de antelación y si lo hacéis, os recomiendo que pidáis una de las mesas junto a la ventana, están en una especie de apartado, y me parecieron muy especiales, muy íntimas. 





El interior del restaurante es clásico pero elegante y conjuga con mucho acierto, las sillas tapizadas con cuadros y esculturas divertidas y muy actuales, que se venden en el mismo restaurante. 

Auprés du Clocher ofrece menús entre 24 y 65€, pero nosotros preferimos comer a la carta. Un personal, escaso, solo dos personas para toda la sala, pero muy amable y eficiente, nos recomendó un vino de Chablis 2007 (29€) que estaba buenísimo. 

Nos trajeron como aperitivo un gazpacho con queso blanco que estaba espectacular. Nos llamó mucho la atención que en casi todos los restaurantes de la Borgoña ofrecían gazpacho, qué irónico que hayan hecho suyo un plato de la comida española que representa una filosofía de vida tan opuesta a la suya. 

En cualquier caso, el gazpacho estaba espectacular. Después, yo pedí un escalope de canard poêlee y mi pareja la piece de filet de bouef rotie, foiegrass poêlee aux moilles. Todo estaba increíble. Parece ser que el restaurante podría tener su primera estrella michelín en breve y de verdad que no me extrañaría porque la calidad de la cocina es realmente buena. 

Y de postre, nos deleitaron con la mejor tabla de quesos que probamos en Borgoña, al mismo nivel en calidad que la de Bernard Loiseau, del que ya os contaremos en otra ocasión, aunque la de este último ofrecía una variedad mucho más amplia. Nos acercaron el carro que tendrá una docena de quesos, del que puedes probar tantos como desees. Nosotros probamos la mitad y todos estaban riquísimos. En ese momento supimos por qué los quesos franceses tienen tanta fama. 


En todos los restaurantes que probamos en Francia los platos son bastante abundantes, así que a no ser que seáis de mucho comer, os recomendamos no pedir un primero porque entre los aperitivos que te ponen y el postre, es más que suficiente. 

Merece la pena volver a la Borgoña solo por volver a comer en este restaurante. Es de los que dejan huella. 

Precio medio 50€ (con vino)

Auprès du Clocher
1 rue de Nackenheim
21630 Pommard 
tel. +33 (0)3 80 22 21 79

jueves, 17 de noviembre de 2011

Summerbird

A nadie amarga un dulce, ¿verdad? Eso mismo pensé yo cuando, paseando por Copenhague, me encontré con esta chocolatería. Es un lugar muy pequeñito, situado en el barrio de Verstebro (el Meet Packing District a la danesa). Está decorado con un exquisito gusto nórdico, un mostrador y unas vitrinas llenas de chocolates son suficientes para hacer las delicias de los visitantes.


En aquel momento no había nadie en la tienda y nos encontramos frente a la dependienta diciéndole que nos había parecido un sitio tan encantador que no habíamos podido resistirnos a entrar a curiosear. En un perfecto inglés nos explicó la filosofía de la bombonería, basada fundamentalmente en trabajar con materias primas de altísima calidad, sin emplear ningún tipo de aditivos ni conservantes. Nos contó que las almendras que utilizaban para hacer los pralinés y el mazapán eran 100% españolas y las naranjas de los rellenos venían de Valencia.




Nos invitó a probar algunos de sus bombones y dulces, estaban buenísimos y no dudamos en hacernos con una de aquellas preciadas cajas. La dependienta nos recomendó la Symphonie, ya  que contenía una selección de las especialidades de la casa. 



Y resultó que la especialidad de la casa era el chocolate negro (hasta aquí perfecto...) relleno de mazapán (ya no tan perfecto...). Soy una forofa del chocolate puro, así que no os voy a negar que me fastidió un poco haber comprado una caja de chocolates rellenos, pero he de reconocer que estaban buenísimos, prueba de ello es que no estuvo demasiado tiempo entre nuestras manos.




 Sin duda, un lugar para golosos y curiosos!

Værnedamsvej 9
Frederiksberg C
Copenhague




lunes, 14 de noviembre de 2011

Valdepalacios, una escapada de lujo

Noviembre es el mes que menos me gusta. Ya estamos agobiados de trabajo, el cambio de hora, los días cortos, grises y lluviosos hacen que te des cuenta del largo invierno que queda por delante. Pero me niego a que el gris tiña también nuestro ánimo, así que nos buscamos una "escapada-capricho" que nos ayudara a descansar, desconectar y ver el invierno de otro color. 

El destino elegido, Valdepalacios, una hotel instaurado en una casa señorial del siglo XIX rodeado de una finca de 600 hectáreas que ofrece la posibilidad de cazar, hacer un paseo a caballo, jugar al golf o, como en nuestro caso, echar una carrera entre ciervos, gamos, ovejas, caballos y gallinas que campan a sus anchas. Es un privilegio y una ocasión única disfrutar de este entorno. 


Es una gozada levantarse el sábado tranquilamente, desayunar y sentarse en sus salones a leer el periódico tranquilamente junto a la chimenea mientras fuera está gris y frío, o al lado de los enormes ventanales disfrutando del paisaje que tienen otros salones. 



Y después de comer en el restaurante o probar su carta informal en la terraza si el tiempo lo permite y el sol nos regala en pleno noviembre un mediodía templado (esta fue nuestra elección), puedes dedicarte una tarde de culto al cuerpo y al alma y darte un masaje, pasar un rato en el spa o meterte un rato en la sauna, para llegar como nuevo a la cena, que bien merece llegar en plenas facultades. 



Tierra, el restaurante del hotel, está galardonado con una Estrella Michelín, dos soles de la Guía Repsol y está dirigido por el Chef Jose Carlos Fuentes, Cocinero del Año 2010. El hotel cuenta con huerta propia y una pequeña granja que contribuyen a que su materia prima sea natural y de primera calidad. Nosotros probamos un par de menús degustación completamente recomendables. Recuerdo especialmente un plato de foie, un tartar de gambas rojas de Palamós, un arroz caldoso hecho con cabezas de gamba roja de la misma procedencia y el gamo salvaje con infusión de boniato asado, rebozuelos y pesto de salvia, entre otras muchas delicatessen con las que nos deleitaron. 

Y después, a descansar. ¿Qué me decís de las habitaciones? Son amplias, luminosas y muy acogedoras, decoradas con estilo rústico y repletas de mil detalles. Sobre la mesita nos esperaban una especie de galletas de queso con forma de piruleta, unas almendras, nueces, picolos de macadamia y una nevera repleta de zumos, refrescos y aguas de Voss y Solán de Cabras. 


Las habitaciones disponen también de una zona de descanso donde poder disfrutar de las amenities


Si entre masaje y paseo os apetece, el hotel ofrece cursos de cocina, catas de vinos y aceites, tiro al plato o un safari fotográfico entre otras actividades. 

Os aseguro que no os arrepentiréis, es un destino estupendo para daros un capricho y dejaros querer un poco por su amable personal. A veces, viene de perlas.

Precio de habitación doble: desde 250€.
Valdepalacios Hotel Gourmand 5 estrellas GL
Crta de Oropesa a Puenta del Arzobispo, km 9
45572 Oropesa (Toledo)

jueves, 10 de noviembre de 2011

La Biblioketa

Un libro siempre es un buen regalo y más si te trata de despertar la pasión por la lectura entre los más pequeños de la casa. La Biblioketa es un espacio pensado casi exclusivamente para ellos.
Cualquier libro que imagines, lo encontrarás aquí. Las chicas que te atienden son majísimas y conocen todos los libros que tienen en la tienda, por lo que si estás un poco perdido, te asesorarán de mil amores. De todos modos, si lo que te apasiona es curiosear entre las estanterías, podrás hacerlo sin ningún problema. Todos los libros están perfectamente organizados por edades e idiomas ya que, además de libros en español, también tienen un apartado dedicado a la literatura en lengua inglesa y francesa.



Como no podía ser de otra manera, en la Biblioketa los niños no solo son bienvenidos, sino que son los invitados de honor, así que no dudes en ir acompañado de tus pequeños “angelitos”. La librería cuenta con varios espacios pensados solo para ellos: un pequeño rincón para niños de 0 a 3 años, con libros y juegos con los que divertirse, otra zona para niños de 3 a 6 años, donde los niños pueden leer con sus padres. Y en el nivel inferior, la Cueva de Keta, donde se desarrollan  talleres, cuentacuentos, encuentros con autores e ilustradores, exposiciones, representaciones teatrales y musicales, etc.

Si vives en la zona noroeste de Madrid, recientemente han abierto otra tienda en Aravaca con el nombre de BiblioketayRopachica. Se trata más bien de una tienda de ropa con una pequeña selección de libros y un espacio para la organización de cuentacuentos. Sin duda, yo prefiero la original: una coqueta librería con un amplísimo catálogo especializado en literatura infantil y juvenil. Más que recomendable.

La Biblioketa
Justiniano 4
28004 Madrid

martes, 8 de noviembre de 2011

Le clos du Colombier

Este verano decidimos pasar unos días en la Borgoña francesa. Somos grandes amantes del vino y la Borgoña era un destino pendiente, así que el alojamiento tenía que ser tan especial como el viaje. Después de poner patas arriba internet, di con el lugar adecuado: Le Clos du Colombier




Le Clos du Colombier es una casona antigua rehabilitada, convertida en un pequeño hotel con ocho habitaciones más que amplias y decoradas con mucho gusto, pues consiguen con la mezcla de muebles clásicos y detalles modernos, un ambiente muy acogedor. 


Todas las habitaciones son diferentes y tienen su propia personalidad. A nosotros nos tocó la Cos des Epenots. Preciosa. Una habitación con mucha luz que recibe de dos balcones de suelo a techo desde los que teníamos esta vista.


Como os decía la habitación es muy amplia y conjuga unos techos altísimos bordeados por una escayola preciosa con un baño muy moderno pintado en marrón chocolate, integrado completamente en la habitación. Los tonos morados en las cortinas y los cuadros combinan perfectamente con el blanco de las paredes y el resto de ropa de cama y dan la sensación de serenidad que uno busca en vacaciones.



Y para conseguir completamente que te sientas como en casa, las habitaciones disponen de un calentador de agua y una amplia variedad de tés, que reponen todos los días junto a un par de botellas de agua mineral. 

El hotel dispone, además, de un Spa, un salón de lectura muy agradable en el que poder tomarse un vino o un café mientras lees un libro o consultas internet (tienen acceso gratuito), y una tienda gourmet. Algo que eché en falta en el hotel fue un pequeño restaurante donde poder degustar las exquisiteces de la zona, pero como era verano, tuvimos la suerte de poder comprar en su tienda un paté y una botella de vino y disfrutarlos en la terraza, junto a la piscina. 



Nosotros no cogimos el desayuno del hotel, pero os advertimos que en el pueblo no hay otros lugares en los que poder desayunar. Es necesario acercarse a Beaune para encontrar un lugar donde tomar un café con algo de bollería, y aunque es cierto que no hay demasiada distancia cinco o diez minutos, a mí, al menos, no me gusta salir del hotel sin desayunar y andar dando tumbos buscando un sitio para desayunar. 


Pommard es un pueblo chiquitín con casas grises y tejados rojos rodeado de viñedos que resulta un punto de partida estupendo para hacer la Route des Grands Crus. Como en todos los pueblos de la Borgoña, casi cada casa es una bodega de un pequeño productor, que según los casos, os enseñarán gustosamente. Si hay que ponerle un "pero" a los pueblos de la Borgoña es que a excepción de Beaune, no tienen ninguna oferta de ocio. En el caso de Pommard, salvo un restaurante (buenísimo, por cierto, pero eso ya os lo contaremos) y una tienda de vinos, poco más encontraréis. Sin embargo, os recomiendo sin lugar a dudas, una escapadita a esta famosa zona vitivinícola.

Precio de habitación doble: 142€
Hotel Le Clos du Colombier
Route d’Ivry 
21630 Pommard

jueves, 3 de noviembre de 2011

Carluccio's

¿Quién ha dicho que los ingleses no saben comer bien? Desde hace un tiempo esta afirmación se ha quedado obsoleta, por lo menos en lo que a su capital se refiere. En ella puedes encontrar comidas de todas las partes del mundo e incluso más de una treintena de restaurantes con estrella Michelín. Pero si lo que buscas es un lugar práctico, en el que comer comida italiana a buen precio sin renunciar a la calidad, Carluccio's es tu lugar.

Me lo habían recomendado dos antiguas compañeras de trabajo con gustos culinarios bastante exigentes y muy bristish ellas. Cuando les dije que iba a escaparme unos días Londres, me hablaron de este lugar como uno de sus preferidos. Así que les di cierta credibilidad y lo apunté en la lista de visitas obligatorias.

El italiano Antonio Carluccio abrió las puertas de su restaurante en el año 1999 y desde entonces ha abierto sucursales no solo en Londres, sino en otras ciudades del Reino Unido e incluso en Qatar o Dubai. Desconozco si en todos ellos se come igual de bien, pero doy fe de que en el de Covent Garden se come de lujo.


Se trata de un restaurante moderno y funcional. El local se divide en dos plantas, la parte de abajo es bastante grande y un poco más fría y el piso superior, más noble y acogedor. Nosotros tuvimos la suerte de que nos dieran mesa en la planta de arriba, y digo suerte, porque estaba lleno hasta la bandera.





Os recomiendo ir temprano o bien tarde, cuando el resto de los mortales europeos ya están terminando de comer o cenar y empieza a quedarse alguna mesa libre. A pesar de que llegamos a una hora un poco mala y de que estaba diluviando, los camareros fueron amables y atentos y respondieron a todas nuestras dudas sobre la carta.

Yo tomé la lasagna tradizionale con carne de ternera y cordero. Estaba buenísima, ya que no estaba hecha con la típica carne picada de no sabes qué, sino con trocitos de carne guisada con sus verduritas, deliciosa. Mi chico, poco amante de los riesgos, se decantó por los spaghetti alle vongole in bianco, o lo que es lo mismo, espaguetis con almejas en salsa verde, también estaban muy ricos. De postre, un par de affogati, café espresso con una bola de helado de vainilla en su interior, un broche de oro.

Y si no os apetece quedaros a comer, siempre podéis pasaros por su tienda, situada en un local anejo. En ella encontrarás todo tipo de productos relacionados con la gastronomía italiana (pasta, salsas, aceite, vinagre balsámico, café, panetones, etc.).




En resumen, un restaurante en el que comer auténtica comida italiana a unos precios razonables y con una magnífica relación calidad-precio.

Precio medio: 20 libras por persona

Carluccio's
Garrick Street, Covent Garden
WC2E 9BH
Tel: 020 7836 0990



martes, 1 de noviembre de 2011

Esporáo, un gran vino blanco del Alentejo

El color dorado oscuro que se percibe en la copa nada más servirlo no es más que el preámbulo de lo que te espera después. Según nuestro vendedor habitual, era el mejor vino blanco con crianza que había probado últimamente y no podemos más que darle la razón. Este vino, con denominación de origen del Alentejo, tiene un olor muy frutal, a mí personalmente me recordaba al mango y a frutas dulces pero frescas. Y su sabor, dulce a fruta madura, pero con un regusto un pelín amargo lo hace maridar estupendamente con un montón de platos. En nuestro caso con foie, pero perfecto para arroces y platos mucho más contundentes porque el cuerpo que tiene el vino aguanta eso y mucho más. 


Esporáo es el resultado de cultivar variedades autóctonas, Antáo vaz, Arinto y Roupeiro en un territorio formado por suelos volcánicos y de pizarra, cuyas vides están bañadas a su vez por la brisa atlántica y sus uvas fermentadas en barricas de roble. 

No podéis dejar de probarlo. ¡Merece la pena!

Precio: 12,80€.