viernes, 29 de abril de 2011

Posada Fuente de la Aceña

Hacía tiempo que quería conocer de cerca la tierra que vio nacer a mi familia materna: Valladolid. Con esa excusa y la de visitar distintas bodegas y conocer un poco más de cerca la tradición vitivinícola de la zona, en pleno noviembre organicé una escapada de fin de semana a la  Ribera del Duero. La noche del viernes y el mediodía del sábado habíamos comido en los tradicionales asadores de la región y para la noche del sábado nos apetecía probar algo más especial. La recepcionista del hotel en el que nos hospedabamos nos recomendó este lugar y allá que nos fuimos. Se trata de un pequeño hotel-restaurante situado en la localidad vallisoletana de Quintanilla de Onésimo a la orilla misma del río Duero, en lo que antiguamente fue un molino harinero.

Llegamos algo temprano y el restaurante aún estaba cerrado, hacía un frío que pelaba y era noche cerrada,  por lo que decidimos hacer un poco de tiempo tomando una copita de vino y hojeando alguna revista en la zona de recepción y cafetería, que resultaba muy cálida. Predomina la madera, las paredes de piedra y ladrillo visto, el hierro forjado y las telas en tonos caldera. A un lado está la recepción, unos sofas y una pequeña exposición y tienda con los vinos de las bodegas cercanas (Pingus, Arzuaga, Vega Sicilia, etc.). Y, separada por las escaleras que llevan al restaurante, la zona de la cafetería, que consta de una barra y una agradable zona de estar.


El restaurante tiene dos comedores a los que se accede subiendo unas escaleras (un pequeño inconveniente si se viaja con cochecito de bebé o si se tiene algún problema de movilidad). El comedor de la primera planta es  muy íntimo y acogedor con las paredes de piedra vista, aunque aquel día estaba cerrado. El comedor de la segunda planta, en el que estuvimos, es más amplio y goza de unas excelentes vistas al río. Las mesas son grandes y están muy separadas entre sí. Están vestidas con mantelería de lino y vajilla en color blanco.

 

La carta ofrece una cocina creativa e innovadora basada en los productos tradicionales de la Ribera del Duero. Ofrecen un menú degustación por 35 euros, aunque nosotros finalmente no optamos por él. De primero compartimos unas verduritas salteadas con foie. Al principio me quedé un poco sorprendida, porque esperaba las verduritas de siempre tomatitos, cebolletas, trigueros, etc., a la plancha y, sin embargo, había un poco de todo, incluso coliflor. Estaban francamente ricas. De segundo cochinillo con manzana (delicioso) y solomillo a la plancha (estaba bien, aunque no consiguieron darle el punto a la primera). De postre un coulant de chocolate con helado de mandarina, una combinación de sabores muy original. La carta de vinos ofrecía referencias de distintas denominaciones, tanto nacionales como internacionales muy bien escogidas, aunque obviamente el peso lo tenían los vinos de la Ribera del Duero. Elegimos uno de algún Pago de la zona. No sé en qué estaba pensando aquel día, pero no recuerdo cuál era... Y como ya sabréis, mis comidas no pueden terminar sin un café, en este caso era un café italiano Lavazza (normal).

El joven personal era atento y amable, pero aquel día había bastantes comensales y estaban algo desbordados, lo que hacía que los platos tardaran un poco más de la cuenta en llegar a la mesa. Por lo demás, todo correcto.

En resumen, si estáis por la Ribera del Duero, y os apetece comer en un sitio distinto a lo que se estila en la zona o simplemente tomaros una copa o un café, merece la pena acercarse a este lugar.

Precio medio (con vino): 50 euros


Posada Fuente de la Aceña
Calle del molino, s/n
47350 Quintanilla de Onésimo
Valladolid
Tel. 983 680 910
http://www.fuenteacena.com/

miércoles, 27 de abril de 2011

Tagonius


La primera vez que oímos hablar de un vino de Madrid, fue por recomendación del sumiller de El Chaflán y, claro, con esa carta de presentación no lo dudamos y lo probamos. Nos encantó. No sabíamos que se hacían vinos en la Comunidad de Madrid y mucho menos de esta calidad, así que cuando volvimos a nuestra tienda habitual, les consultamos. Tenían varios y nos recomendaron probar Tagonius. 

Tagonius crianza 2005 es un vino con cuerpo, afrutado y con un toque de madera. Se trata de un crianza y se nota que es un vino bastante acabado, pero en ningún caso resulta fuerte, ni alcohólico. 

domingo, 24 de abril de 2011

Memmo baleeira

En nuestras últimas vacaciones elegimos Portugal como destino. El final de trayecto fue Sagres y el hotel seleccionado Memmo Baleeira. Es un hotel muy moderno y con unas vistas increíbles al mar. Es el resultado de la remodelación de un hotel antiguo y se nota un poco en el aspecto de la fachada, pero le da a la vez un aire retro que a nosotros nos gustó.
La verdad es que elegimos este hotel ya en la primera búsqueda que hicimos, nos encantó la sensación de tranquilidad que transmitían sus habitaciones y las vistas que tenían. Y, ya que reservamos con mucha antelación pudimos conseguir una con vistas al mar (por la diferencia de precio merecía la pena).

El ambiente del hotel resulta muy agradable ya desde la recepción. Además de un personal muy amable, una pared completamente acristalada la llena de luz. Se nota que es un hotel enfocado al público que va a disfrutar de la playa y del mar porque los espacios son amplios, tienen una zona para guardar las tablas y el suelo es de cerámica para que no se estropee con la arena. Las habitaciones son amplias y con un pequeño balcón que viene fenomenal para secar las toallas. dejar fuera la bolsa de la playa y no llenar así la habitación de arena.
Es muy bonita la terraza que tiene el hotel y la zona de sofás, te puedes tomar un zumo de frutas recién hecho o una cerveza antes de cenar y una copa a la vuelta a la vez que lees el periódico o simplemente disfrutas del sonido del mar y una buena conversación. Además, creo que la cocina del hotel es bastante buena, al menos está muy recomendada, aunque nosotros no llegamos a probarla. El precio medio de las habitaciones en agosto ronda los 150€, aunque he recibido ofertas del hotel para la primavera por 50€ la noche. 
 
En el único bajo comercial que tiene el hotel está el Memmo Surf & Windsurf Center, que además de escuela de surf y de windsurf, dispone de alquiler de material y de guías que te llevarán a las mejores playas para practicar el deporte que prefieras. Nosotros hicimos un curso de surf, fue muy divertido aunque ese día las olas no acompañaron demasiado.

Además, en el hotel organizan actividades de buceo, avistamiento de ballenas y golf entre otras, dependiendo de la época del año en que vayas. Sin dudarlo, nosotros volveremos en otra ocasión.

jueves, 21 de abril de 2011

The Royal Park


Dicen que Londres es una de las ciudades más caras del mundo y que encontrar un hotel de calidad a buen precio es casi misión imposible. En mi último viaje a Londres me alojé en este hotel y, sin duda alguna, fue una gran elección. Se encuentra en la confluencia del barrio de Kensington y el comienzo de Bayswater, a un paso de la zona noroeste de Hyde Park, muy cerca de Kensington Palace y del Royal Albert Hall, y a unos 10-15 minutos a pie del archiconocido Notting Hill. Nosotros llegamos un domingo por la mañana y aprovechamos para acercarnos dando un paseo hasta el mercadillo que se celebra en Portobello Road.

El hotel se encuentra situado en una tranquila calle, en una hilera de impolutas casas blancas de mediados siglo XIX de estilo georgiano. Toda una clásica casa londinense. Es un hotel boutique decorado al más puro estilo británico, camas con dosel, muebles de caoba, telas en tonos verdes, azules, todo con mucho gusto y elegancia, y sin caer en el exceso. Solo dispone de 48 habitaciones, una pequeña recepción, un saloncito donde descansar y tomarte algo antes de retirarte a dormir y un jardín en el que tomar el aire, si el tiempo te lo permite.


La particularidad de este hotel es que no dispone de una sala de desayunos. Para mí, lejos de ser un problema, fue toda una ventaja. Cada día rellenabas un cuestionario con lo que querías desayunar y a la mañana siguiente puntualmente te traían el desayuno a la habitación. Un gustazo. El desayuno es abundante, rico y bien presentado (la fruta había que pagarla aparte).
Elegimos una habitación doble clásica, daba a una especie de patio privado, muy tranquilo, creo que se llaman mews, y que son de lo más solicitado. La habitación era amplia y acogedora. Todo un detalle las sábanas de algodón y las almohadas de calidad. El baño en tonos blancos estaba impecable y perfectamente equipado, aunque en este caso el secador no era tan potente como el del Astoria 7 de San Sebastián.                                        



Por si todo esto no fuera suficiente, el personal del hotel era majísimo y dos de los recepcionistas eran españoles, así que para el que no domine muy bien el inglés esto facilita aún más las cosas. Te recomendaban lugares secretos, te ayudaban a reservar restaurantes, resolvían todas tus dudas y siempre estaban dispuestos a ayudarte. Recuerdo que un día llovía a mares y nos prestaron amablemente un par de paraguas. Gracias a ellos sobrevivimos a aquel día y no acabamos empapados.

En resumen, un hotel para sentirte como un auténtico londinense, la joya de la corona: céntrico, elegante e íntimo. Para volver una y otra vez.

Precio: desde 180 libras.
The Royal Park
3 Westbourne Terrace
Lancaster Gate, Hyde Park
London W2 3UL
www.theroyalpark.com


miércoles, 20 de abril de 2011

Restaurante MEATing

Teníamos que hacer unas compras por la zona y decidimos comer en este lugar. Ubicado en el barrio de Salamanca, está próximo a la Puerta de Alcalá y al Parque del Retiro. Su nombre lo dice todo, el producto estrella de la carta es la carne, carne gallega concretamente, aunque siempre tienen un plato de pescado como alternativa para los menos carnívoros y unos sugerentes primeros platos basados en verduras y hortalizas navarras.
Cuando llegamos aún no había nadie en el restaurante, así que pudimos contemplarlo en su máximo esplendor. A la entrada, una zona de barra y dos mesas altas para comer algo más rápido de lunes a viernes. Justo a continuación, dos comedores principales y, al fondo, más cerca de la cocina, una mesa redonda tipo reservado. Los espacios son amplios y todo el restaurante está muy bien iluminado. Está decorado con sencillez y mucho gusto: madera de haya, paredes y mantelería en color beige, mesas grandes, adornadas con una planta, y bien separadas entre sí. La verdad es que esto es un gusto hoy en día donde lo más habitual es oír la conversación de la mesa de al lado y tener que hacer juegos malabares para sentarte sin que se tengan que levantar tus vecinos.





Nos atendieron muy rápido y muy amablemente. De primero, pedimos corazones de alcachofas de Tudela con un toque de foie fresco, excepcional. De segundo, hamburguesa (no la típica hamburguesa entre pan y pan, sino un trozo de carne en toda regla, acompañado de patatas fritas y una ensalada) y taco de vaca a la plancha con pimientos del piquillo. Estaba todo buenísimo, la carne era de gran calidad y estaba preparada en su punto, perfecta. De todos modos, cuando pides te advierten de que “su punto” es más bien poco hecha. Para mí estaba deliciosa.

La carta de vinos no está nada mal. Muchos de ellos ya los conocíamos, así que nos decantamos por un vino de La Mancha, Mano a mano, de 2008. Le preguntamos al maitre su opinión y nos dijo que no lo había probado y que solo se lo había servido a un señor que se lo había pedido muy seguro de sí mismo. Nos dijo que nos lo abría y si no nos gustaba, podíamos elegir otro. No hizo falta, estaba muy bueno.

Aún nos quedaba un huequito para el postre, pedimos tarta de chocolate y tatin de manzana, no estaban del todo mal, pero tampoco fueron especialmente destacables. Y mi comida no puede terminar sin un buen café, en este caso un café Nespresso, perfecto.
En resumen, un sitio más que recomendable si te gusta la buena carne. Buen trato, buen precio, materias primas de máxima calidad y un ambiente agradable y tranquilo.

Precio medio con vino: 45 euros


MEATing
C/ Villalar, 4
28001, Madrid
91 431 69 97

domingo, 17 de abril de 2011

Eva Armisén

Eva Armisén fue nuestro descubrimiento de este año en Estampa. Ya casi estábamos terminado la visita cuando vimos una alfombra roja colgada en una pared que nos llamó la atención. Nos encantó, tenía el fondo rojo vivo y una mujer estampada que reflejaba mucha ternura, con este mensaje grabado: "no me canso de mirarte nunca". 

               

Cuando llegamos a casa, empezamos investigar un poco más sobre Eva Armisén y nos encontramos con una página web que transmitía la misma ternura que la alfombra. En su web, Eva cuenta cosas de sí misma y de su familia a la que refleja de una forma muy original en la sección "tienda". Además, en su página web se puede encontrar toda la información sobre su obra: pinturas, obra gráfica, dibujos, esculturas y cerámicas.

              

Su obra es muy personal y un poco particular, pero a nosotros, particularmente nos encanta. Sus colores vivos, sus obras con mensaje, la actitud cariñosa de sus obras, hacen que quieras tener uno de sus cuadros colgados en casa. Nosotros queríamos decorar una habitación que todavía teníamos a medias, y pensamos en uno de sus cuadros, pero trasteando en la "tienda" de su web, descubrí que tenía algunas de las obras que más nos gustaban convertidos en tarjetas postales y decidimos comprar unas cuantas y enmarcarlas. 

Os recomiendo visitar su tienda, tiene cosas preciosas que merece la pena conocer: chapas joya, broches, bolsas para todo, imanes, las alfombras que tanto nos gustaron, cuadernos y hasta un CD con canciones para niños. 

El caso es que pedimos las tarjetas a través de su tienda en internet y en unos días estaban en casa. Los llevamos a enmarcar a nuestra tienda habitual A cuadros, sabíamos que ellos nos asesorarían bien, como siempre y quedarían preciosos. También os recomiendo pasaros, si tenéis la oportunidad por A cuadros porque además de enmarcar, son una galería de arte en la que siempre encuentro exposiciones interesantes. 


viernes, 15 de abril de 2011

Hotel Astoria 7

El pasado mes de febrero hicimos una escapada de fin de semana a San Sebastián. nos costó encontrar hotel porque aunque la oferta hotelera es amplia, resulta muy cara, sobre todo teniendo en cuenta las instalaciones de muchos de los hoteles más antiguos. Después de horas buscando en internet, y sopesando las instalaciones, la distancia con el centro y el precio, nos decidimos por el Astoria 7

El hotel me encantaba y el precio estaba bien, lo único que me hacía dudar era la distancia con el centro. El Astoria 7 está en el barrio de Amara y puesto que  no conocíamos la ciudad, temíamos que estuviera demasiado lejos y que perdiéramos mucho tiempo en traslados. La realidad es que está a 15 minutos andando del centro y de la playa de la Concha y, además, el paseo es muy agradable. San Sebastián, además de bonita, es una ciudad muy llana y muy fácil de recorrer andando porque no es demasiado grande. 

El caso es que llegamos un viernes por la tarde noche después de un viaje largo y lo primero que encontramos fue una recepción muy moderna y minimalista, decorada con colores vivos contrastando con tonos suaves, atendida por un personal muy atento y eficiente. 

miércoles, 13 de abril de 2011

La Chinata: Oleoteca

Hace unos días, paseando por Madrid, descubrí una bonita tienda de productos gourmet. Me llamó la atención su escaparate lleno de botellas de todo tipo de aceites, sales, especias, patés, mermeladas, incluso tenía jabones y cremas hechas a base de aceite de oliva, para hombres, mujeres y bebés. No pude resistirme y entré a echar un vistazo. Pues bien, se trataba de una tienda de La Chinata. Conocía el nombre de haberlo visto en una latita de pimentón de la Vera que siempre había pululado por la cocina de casa. Lo que no sabía era que se habían modernizado y diversificado tanto.  El interior no es muy grande pero las estanterías están repletas de productos perfectamente ordenados. Los envases, cajas y demás envoltorios son muy bonitos, muchos de ellos decorados con una ramita de olivo con unas aceitunas, dan a la tienda un aire especial, que solo con mirarla ya te apetece llevarte algo.

La chica que atendía me dijo que estaban abriendo tiendas en distintos puntos de España (Gijón, A Coruña, Vigo, Cáceres…). Como iba con algo de prisa, no pude llevarme nada, pero me comentó que en su página web www.lachinata.es se podían hacer pedidos. 

En cuanto llegué a casa, hice el pedido. Todos los productos están fenomenal de precio y, por unos pequeños gastos de envío, a los pocos días llegó a casa una caja llena de cositas varias (aún las estoy descubriendo).

Lo que sí he probado es el paté de boletus y trufa. De sabor intenso, tiene una textura parecida a una crema, muy  fina al paladar. Viene cubierto de una pequeña capa de aceite de oliva virgen que hay que mezclar un poco antes de servir. Siguiendo las sugerencias de la etiqueta, lo he probado sobre rebanadas de pan tostado y también he preparado un plato de pasta con setas al que luego le he añadido unas cucharaditas del paté. Está riquísimo de cualquier manera, ¡incluso a cucharadas!, pero ya se ha acabado, es una lástima. 
Tendré que seguir experimentado nuevas sensaciones con el resto de productos, las compartiré con vosotros!        

La Chinata
Avda. General Díaz Porlier, 44 
28001 Madrid 
Teléfono: 914 027 528

domingo, 10 de abril de 2011

In situ, cocina fusión

Hace unos meses una amiga me recomendó este lugar. Nunca se equivoca, así que lo apunté en mi lista de restaurantes pendientes. Ayer, aprovechando el buen tiempo, nos pasamos por allí a la hora de la comida. In situ se encuentra en la frontera entre Malasaña y Chueca, la fachada es sencilla y puede pasar un poco inadvertida. El interior se distribuye en dos ambientes: a la entrada, un pequeño comedor con cinco mesas y, subiendo unas escaleras, un espacio algo más recogido con mesas más grandes. Si tengo que elegir, me quedo con la zona cercana a la entrada, es más luminosa y tiene más encanto.
Está decorado de forma ecléctica y original: paredes de estuco veneciano en color azul, lámparas de pantalla en color blanco, mesas de madera clara de distintas formas, siempre amplias, incluso las de dos personas, aunque sin manteles. Pero, sin duda lo que aporta personalidad a este lugar son las sillas. Todas son distintas: de madera, tapizadas en diferentes colores, con reposabrazos, sin él. Sin duda, todo un acierto.

Para comer nos decantamos por el menú del fin de semana por 17 euros. De primero, elegimos el mismo plato, ensalada de rigatoni con gambones y vinagreta de tomillo, estaba espectacular, es la mejor ensalada de pasta que he probado. De segundo, bacalao confitado acompañado de unas lentejas con curry y entrecotte con patatitas asadas, muy rico también. El postre, más normalito, un tiramisú. Y para terminar, un café portugués Delta, muy bueno, algo raro hoy en día, francamente.
Para beber, fuera de menú, pedimos un vino de Toro, Prima, de Bodegas Maurodos.  
Se trata de un vino procedente de viñas jóvenes (95% tinta de Toro, 5% garnacha), con una crianza de un año en barrica de roble. Ya lo habíamos probado en otra ocasión y no nos defraudó. Como buen Toro, es potente, pero algo más fresco y moderno que otros vinos de esta denominación de orígen.
La elección fue todo un éxito, buena comida, ambiente acogedor y un trato amable, cercano y jovial. Repetiremos.
In situ
C/ Valverde, 40
Madrid
915 226 845

martes, 5 de abril de 2011

Poncelet, el paraíso del queso

Nos encanta pasear los sábados por el barrio de Chueca y las Salesas (Madrid), tomarnos una caña, comer en uno de los muchísimos restaurantes que hay por la zona... Pero lo que más nos gusta es visitar Poncelet. Somos unos apasionados de todo tipo de quesos y Poncelet es ¡EL PARAÍSO! Ya desde la calle, se ve que es un sitio especial. La fachada tiene un diseño moderno y discreto, pero que resulta imposible pasar por delante y no mirar. Una vez atraviesas la puerta de cristal te encuentras una tienda muy bonita, de diseño, muy bien puesta y con baldas y baldas de queso clasificadas por origen, tipos... y una mesa en el centro donde siempre tienen distintos quesos para probar.

         

Es fácil perder el gusto y no acabar nunca de decidir qué llevarte (¡¡porque te los llevarías todos!!) pero para ayudarte a decidir entre sus 80 variedades de queso españolas y más de 240 europeas, tienen un amabilísimo personal especializado que te asesora perfectamente dependiendo de tus gustos o de lo que te apetezca probar en cada momento. Y si tienes una duda sobre algún queso, te dan una pequeña muestra para que siempre te vayas convencido. 

      

Además para acompañar el queso, tienen una sección de vinos y otra de panes, a cual mejor puesta y apetecible. Algunos de nuestros clásicos son unos panes crujientes que acompañamos con un queso gorgozola delicioso y supercremoso, trozos finos de manzana, que metemos al horno un par de minutos, ¡espectacular! y más si se acompaña de un rico vino tinto. Ya se sabe que el vino con queso sabe a beso. 


domingo, 3 de abril de 2011

Hôtel de l'Atelier

¿Quién dijo que un hotel tiene que ser caro para ser bueno? Hace tres años fuimos de vacaciones a la Costa Azul y por el camino hicimos una parada en Avignon para conocer la zona de La Provenza. En la vecina ciudad de Villeneuve-lez-Avignon (separada de Avignon por el río) encontramos el Hôtel de l'Atelier. En aquel momento tenía dos estrellas, ahora tiene tres, y por 60€ en pleno agosto nos encontramos con un sitio precioso. Es una casa antigua rehabilitada, sin ascensor eso sí, que conserva la estructura tradicional, las puertas y las llaves antiguas, las vigas de madera en el techo, las contraventanas... todo ello acompañado de una sala de desayunos con mucho encanto. 


Las habitaciones son muy amplias y acogedoras. Y por si fuera poco, tiene una terracita preciosa donde poder desayunar o cenar, tomarte un vino de Côtes du Rhône, que puedes comprar en el hotel o llevarte tú y coger un par de copas del comedor. 
¡Un descubrimiento!

Escapada romántica: Can Lluc (Ibiza)

La Semana Santa está a la vuelta de la esquina y el verano tampoco anda muy lejos. Por eso, aunque ya ha pasado algún tiempo de mi visita a la Isla Pitiusa no quería dejar de compartir con vosotros uno de mis lugares preferidos. Queríamos hacer una escapada romántica y, buscando por aquí y por allá, encontramos este lugar. Al principio, dudamos un poco porque estaba en Ibiza y, he de reconocer que teníamos ciertos prejuicios con la isla, pero nuestras dudas tardarían poco tiempo en disiparse.
Aterrizamos en la isla una mañana de septiembre, recogimos el coche de alquiler y nos dirigimos a San Rafael. A las afueras del pueblo y, después de recorrer una pequeña distancia por un camino de tierra algo estrecho, tanto que a veces tenías que hacerte a un lado para dejar pasar al coche que venía enfrente, llegamos a Can Lluc. El hotelito está en una finca llena de almendros, olivos y palmeras en la que se respira paz y tranquilidad.
Nuestra habitación tenía cierto aire rústico, con paredes de piedra vista y telas en tonos tierra, ¡era preciosa! Aquí os dejo un par de fotografías que he sacado de su página web, porque por aquel entonces no imaginaba que iba a dedicarme a estos menesteres y no se me ocurrió hacer fotografías… ¿Es bonita, verdad?
 


La mayoría de las habitaciones tenían terraza, ¡y la nuestra también! Solíamos sentarnos en ella por las noches cuando volvíamos de cenar. Allí bajo la luz de las estrellas disfrutábamos de un licor de hierbas ibicencas o una copita, que amablemente nos llevaban a la habitación. El desayuno también te lo llevaban a la habitación y podías tomarlo en la la terraza, aunque yo prefería tomarlo en el porche del hotel disfrutando de las vistas.
Sin duda, es un lugar más que recomendable: las instalaciones son estupendas, el entorno maravilloso y el trato de su dueño Lucas inmejorable. Siempre atento, amable y dispuesto a resolver cualquier duda o a propocionarnos cualquier cosa que necesitáramos. Nunca olvidaré los días que pasé allí, ¡ya estoy deseando volver!

1 Syrah

Nos encanta probar vinos de distintas denominaciones y variedades, y siempre andamos buscando cosas nuevas, vinos que no se encuentren en cualquier supermercado y con una buena relación calidad-precio. Afortunadamente, donde vivimos tenemos la tienda de vinos perfecta. 
  
Esta semana probamos 1 Syrah, de bodegas Alodia (5,90€). Es un tinto de Somontano, que es una denominación que últimamente nos está sorprendiendo, están mejorando mucho y haciendo vinos muy competitivos, sobre todo teniendo en cuenta los precios que ofrece. 
Este vino tiene el sabor característico de la uva syrah, pero muy suave y a la vez con cuerpo y carácter. Si eres de los que se echan para atrás ante un monovarietal que no sea tempranillo, te recomendamos que pruebes este, ya que aún siendo sólo syrah, no resulta fuerte. Y por si fuera poco, tiene la peculiaridad de ser un vino de cultivo ecológico. Lo dicho, un vino muy recomendable.

La Tavernetta della Taverna Siciliana

Ya habíamos estado en otra ocasión en La Tavernetta y nos gustó mucho. Así que este fin de semana decidimos volver y no nos defraudó. Es un restaurante chiquitín con dos plantas. En la parte de arriba, tienen unas pocas mesas desde donde puedes ver una parte de la cocina y la barra que hace las veces de tienda de productos italianos. También están los servicios que disponen de puertas anchas y suficiente espacio para entrar con un coche de bebé o con sillas de ruedas.
La parte de abajo es como una cueva con ladrillo visto encalado en blanco, muy acogedor y tendrán 6 o 7 mesas. Las dos veces que fuimos nos tocó comer abajo, y casualidades de la vida, nos sentamos en la misma mesa que la última vez y las mismas cuatro personas que en aquella ocasión. De primero para compartir, pedimos un pisto siciliano, riquísimo; y croquetas, que estaban más normalitas. Nos recomendaron un vino italiano, Tasàri, un tinto que estaba bastante bien, se parece más a un vino joven español, aunque algo más afrutado y quizá menos alcohólico. De segundo, yo pedí un plato de pasta fresca con alcachofas y espárragos verdes (riquííísimo) y los demás la pasta con albóndigas (está espectacular). Y de postre, cómo no, un tiramisú que estaba realmente bueno.